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CUIDADO DEL AGUA

Consejos para preservar nuestro mundo

 

 

Es un miércoles de despiadado sol al sur de la Ciudad de México, y a los costados del camino de tierra roja de los Viveros de Coyoacán, hay dos paisajes de marcada diferencia. A la derecha, el panorama es optimista: 300.000 pinos y cedros minúsculos se alinean hasta perderse en el horizonte; es la incubadora vegetal de la ciudad, donde se crían los árboles que después crecerán en las veredas. A la izquierda, en cambio, un río de unos cuatro metros de ancho arruina las ilusiones ecológicas. Platos descartables, botellas, pañales y otros plásticos indefinidos, se acumulan a la orilla del agua jabonosa y nauseabunda en ese tramo del río Magdalena, hoy de aguas negras.

En medio del parque un grupo de chicos observa la basura, y dos de ellos fruncen la nariz. Todos tienen entre cuatro y cinco años, y están pasando la mañana en un programa que les enseñará cómo y por qué cuidar el agua. El aprendizaje incluye un paseo por el bosque, videos y una representación de teatro de títeres donde un tal Tlalocman habla de las enfermedades del agua, en compañía de unos muñecos de trapo que representan a las bacterias.

Tlalocman, en esta ocasión, no se refiere a las cifras escalofriantes más aptas para el mundo de los adultos: alrededor del planeta, 1.600 millones de personas no cuentan con agua potable; 400 millones no tienen alcantarillado, y ocho millones mueren cada año por padecimientos relacionados con el suministro hídrico. Para el año 2025, se prevé que 1.800 millones de personas vivirán en regiones de sequía absoluta. 

En la Argentina, unos ocho millones carecen de suministro de agua de red pública, y alrededor de 20 millones de personas no tienen servicio de cloacas. Además, en la actualidad, 2,5 millones de personas corren riesgo de consumir agua con una concentración de arsénico superior a 50 ppm (partes por millón). A pesar de que el superhéroe de tela no habla de estadísticas, y las caricaturas del video son simpáticas, a los niños les queda claro el problema.

— ¿Por qué hay que cuidar el agua? —pregunta el maestro.
— Porque se va acabar.
— ¿Y con qué nos vamos a bañar?
— Con nada.

Los funcionarios de la organización no gubernamental Lower Caseciceana, dedicada a la educación ambiental, creen que estos programas llamados “guardianes del agua” son realmente efectivos.  

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